Me ha costado hacerme este tiempo para escribirte. Pero no quería dejarte sin novedades sobre nuestra visita a Disneyworld Orlando, porque promesas son promesas, y sé que esperas conocer nuestra experiencia

Claire y los niños aún duermen, y yo aprovecho el primer café de la mañana y estos minutos para ponerte al corriente.

Si te preguntas sobre si los parques en Orlando valen la pena tanto como dicen, la respuesta es un rotundo sí. Si crees que es un viaje solo para niños, la respuesta es no.

Disneyworld Orlando es hermoso, es cierto, pero más allá de su magia y de la capacidad de hacerte vivir en un cuento de hadas, tiene tanto para ofrecer…

Hacía dos años que con Claire veníamos posponiendo el viaje. Lily era bastante pequeña y aunque Benjamin insistía en cada ocasión con conocer Disneyworld Orlando queríamos que los dos lo disfrutaran por igual.

No nos hemos equivocado. Es más, los 4 hemos vuelto llenos de ilusión y nuevos proyectos.

Papi, ¿tanto te gusta Disneyworld Orlando?

La clave de nuestro viaje ha sido la organización. Esto nos ha permitido divertirnos sin enloquecer.

Rentamos un coche, para no depender de nadie más y hacer a nuestro gusto.

Nuestros días comenzaban temprano. Teníamos pases en mano, algunos “permitidos” acordados fuera del menú habitual (porque, con niños de vacaciones debes hacer concesiones) y muchas ganas de llevarnos cientos de fotografías mentales de esos escenarios de ensueño.

Mentiría si te dijese que estar allí no me ha llevado de vuelta a mi propia infancia. Y me ha hecho tan feliz.

Lo que de niño no pude disfrutar con amigos, por las múltiples mudanzas de mi padre, lo he disfrutado con mis hijos.

Visitamos 4 parques temáticos donde todos los personajes de película se hicieron nuestros amigos.

Lily ha cumplido su sueño de conocer el castillo de cenicienta vestida como la princesa que es, yo me he sentido un pirata en el caribe, y Benjamín se ha convertido en un caballero interestelar en la galaxia de Star Wars.

¡Y los escenarios! Deberías ver los posts de Claire en Instagram, fascinada con los espacios.

No hemos hecho una sola foto familiar donde las sonrisas no compitiesen con las atracciones de los parques. ¡Hacía tanto que no reíamos así!

Eso me ha impulsado a pedir una reducción horaria en mi empleo, los niños crecen muy rápido y no quiero perderme más de sus momentos. Sostener una familia es un trabajo arduo, pero cuando la carga se comparte, la odisea se vuelve un viaje placentero.