Nuestros mejores recuerdos tienen sabores, aromas y texturas que nos permiten evocarlos una y otra vez.

El perfume de la vainilla nos remite a los pasteles horneados por la abuela un sábado en la tarde. El ahumado, a las carnes asadas por papá un domingo de primavera. El vaho a café cuando entramos a una casa de especialidad, nos transporta a las mañanas en que mamá preparaba el suyo antes de salir al trabajo.

Porque la cocina es más que la suma de alimentos y nutrientes. También es goce y momentos compartidos con la familia y los amigos.

Y si hay un plato que grandes y chicos disfrutan por igual, son las alitas de pollo a la americana.

Por eso, esta receta nacida en un bar americano en 1964, creada por Teressa Bellissimo, una madre que esperaba agasajar a su hijo. Y pensada para acompañar una película con los más pequeños o un partido con colegas que te llevará a los mejores momentos de la infancia.

Alitas de pollo a la americana

Ingredientes para las alitas de pollo a la americana

(Rinde 4 porciones)

• 1 kilo de alitas de pollo
• 250 gramos de harina de trigo
• 1 cucharadita de Pimentón dulce
• ½ cucharadita de Chile en polvo
• 1 cucharadita de Sal fina
• Pimienta negra (a gusto)
• 120 gramos de mantequilla
• 80 gramos de salsa tabasco
• Aceite de oliva (para freír)

Para acompañar:

• 2 zanahorias
• 1 planta de apio pequeña
• Salsa de queso azul

Modo de preparación de las alitas de pollo a la americana

El adobo:

Es la estrella de esta receta y para que puedas obtener los mejores resultados debes tamizar la harina, mezclarla con las especias, impregnar las alitas limpias (habiendo desechado antes la punta) y dejarlas reposar al menos dos horas refrigeradas.

La salsa:

Derrite la mantequilla a fuego lento y agrega la salsa tabasco. Integra los ingredientes y reserva a temperatura ambiente hasta el momento de servir.

El emplatado:

Con la salsa lista para usar, fríe las alitas en aceite caliente.

Coloca sobre un papel absorbente y cuando todas estén listas, colócalas en un bol para mezclar las piezas con la salsa.

Sirve en porciones individuales.

El acompañamiento:

Unos bastones de zanahorias y apio y una ración de salsa de queso azul complementan a la perfección este plato. Pero, si lo prefieres, una salsa con base de tomate, también es una buena opción.

Podrías pedirlas en una cadena de comida rápida, pero te estarías perdiendo esos momentos que nunca vuelven: cocinar en familia e impregnarse de aromas que, en unos años, serán preciados recuerdos.